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Los 7 puntos que olvidamos al analizar una inversión internacional

Sabemos que quien no arriesga, no gana. Que por lucir hay que sufrir. Y los negocios no se escapan. Para crecer hay que invertir, realizar proyectos de expansión que nos lleven a explorar y aprovechar nuevos mercados. Pero la ilusión por ir adelante no nos debe hacer olvidar la necesidad de un análisis completo y exhaustivo, especialmente cuando hay tantos factores que pueden tener impacto en una inversión internacional.

Jordi Fabregat, director del Executive Master en Dirección Financiera de ESADE, ha hablado en uno de los Desayunos de Financiación de ACCIÓN. Con él descubrimos los 7 puntos que a menudo olvidamos al analizar una inversión internacional. Recordémoslas.

 

 

1-El director general tiene la visión global.

“Un proceso de internacionalización debe comenzar por los socios o propietarios porque es un tema estratégico”, plantea de entrada el profesor. Ya sea en una gran empresa o en una pyme, el análisis de la inversión no puede quedar sólo en unas solas manos. “Lo tiene que coordinar el director general para que implica aspectos de todas las áreas funcionales. Cuando queremos abrir una fábrica en el norte de África intervienen temas de marketing, de fabricación, financieros, etc. “, recuerda Fabregat. Y si es una microempresa? “Hay que ver el coste de oportunidad: si con la gente que somos lo podemos hacer nosotros, si tenemos que fichar a alguien y, en este caso, qué perfil debería tener”.

2-Separar el análisis de la inversión en activo y la de la financiación.

Cuando nos planteamos una inversión, y más si es internacional, el profesor de ESADE resalta la necesidad de dividir la atención en las dos caras del balance: activo y pasivo y patrimonio neto. De este modo, el análisis requerirá estudiar por un lado el comportamiento del flujo de caja (activo) y del coste de la financiación (pasivo y patrimonio neto).

3-Lo que no vemos el flujo de caja.

“Con el flujo de caja a menudo la gente se queda sólo con la cuenta de resultados. Es decir, que empiezas a ventas y acabas el beneficio “, ilustra Fabregat. Esta visión simplificada obvia una parte muy importante: “las inversiones que deberás hacer en el futuro. No aquí, sino en activos fijos, clientes o stocks. Tú abres una tienda, pero la debes rellenar de género. Y eso a veces es muy importante a nivel de dinero “, añade. Después de todo, con el flujo de caja “todo el mundo piensa en las ventas o el coste de personal. Pero si vas a un país claramente diferente también tienes que enterarte bien de cuáles son los contratos que se hacen con el personal, si son a corto o largo plazo, los crecimientos de salario previstos, etc. Hay una dinámica que puede ser muy diferente de la de tu país de origen “, advierte.

4-Los costes (ocultos) de la financiación.

La parte del pasivo también “es complicada porque no sólo debes definir qué proporción de fondos propios y de deuda pondrás; sino también tener en cuenta la fiscalidad del país de destino “, dice el profesor de ESADE. En función de los costes que tenga “tienes que decidir si t’endeutes o no allí, o si lo hace la matriz y luego te envía el dinero”. Todo ello son muchas variables y costes diferentes que pueden tener condicionantes. Por ejemplo, “quizás no m’endeutaria tanto pero como en este país no me dejan repatriar dividendos llevaré muy poco dinero mis y el resto será deuda pedido en el país de destino”.

5-Lo que hay que saber del país donde quiero invertir.

Lo más evidente en el estudio de un mercado es conocer el crecimiento del PIB, la población, la distribución de la renta o los competidores y su estructura de precios. Para Fabregat, sin embargo, hay que ir más allá y descubrir, por ejemplo, cuáles son sus limitaciones para saber qué mejoras podemos aportar. “Conocer bien el país tiene muchos aspectos. A menudo sólo vemos el producto, pero no la distribución: hay problemas en la aduana? “, Ejemplifica. Son tantas las variables que operan que el profesor recomienda aprovechar ventajas como las Oficinas Exteriores de ACCIÓN o los Chapters de ESADE. “Pregunta a los que están, pide consejo y recoge todas las opiniones posibles.

6-Los 3 métodos para dar el sí.

Para Jordi Fabregat, una inversión vale la pena si los tres principales métodos de selección aportan una valoración favorable: el payback, el Valor Actual Neto (VAN) y la TIR. “El payback es el tiempo que tardamos en recuperar la inversión. Si quieres abrir un restaurante y te planteas recuperar la inversión en menos de 4 años, calculas el payback y si te sale 5 años dices que no y si son 3 dices que sí “, resume. El Valor Actual Neto, a su vez, “te dice qué dinero conseguirás en el futuro, llevándolos a hoy con la tasa de actualización (que es la rentabilidad que quieren los que nos dejan el dinero)”. En definitiva, “si ahora pongo 100, lo que recibiré en valor de hoy debe ser más de estos 100″. El último es la rentabilidad, recogida en la popular TIR. “La rentabilidad que nos han de dar los activos debe ser superior al coste de los recursos”, evidencia Fabregat. Y es que “si el banco me deja dinero al 3%, porque yo pueda ganar tengo que invertirlos en el 4%”, ejemplifica.

7-El asesoramiento especializado.

“Es muy difícil que en casa tengas suficiente know-how en todos los aspectos”, insiste el profesor de ESADE. “Te has de asesorar e ir a buscar mercantilistas, fiscalistas, financieros, asesores de producto o ingeniería técnica; depende de lo que quieras hacer “. Tomar el atajo sin asesorarse correctamente, “te puede hacer equivocarse de forma terrible”, concluye.

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